¡Hola! Me llamo Magali, tengo 21 años y actualmente estudio la carrera de Derecho en la UNAM. Me apasionan varías cosas como leer, colorear, escribir, entre muchas otras, pero principalmente, me gusta dibujar. Honestamente soy malísima dibujando, lo único que me sale de una forma decente son los ojos estilo anime, lo demás siempre parece dibujo de niño pequeño.
Un día descubrí que no solo se dibujan objetos, también se pueden dibujar letras; más allá de escribirlas o mecanografiarlas, se pueden dibujar desde letras hasta oraciones. Como escribir es una de mis pasiones esta idea me llamo demasiado la atención, y desde ese día empezó mi obsesión con lo que después descubrí se llama “Lettering”.
Llevo dibujando letras, o en otras palabras, haciendo Lettering, desde hace apenas un mes, pero le he agarrado un gusto muy grande, pues es una terapia muy buena para relajarse. Personalmente ya llevaba mucho tiempo queriendo hacer lettering, desde que lo descubrí años atrás, pero simplemente no me animaba por el miedo al fracaso (para serte sincera siempre le he tenido un gran miedo al fracaso, tan así, que muchas veces no me animo a hacer las cosas), no fue hasta que me di cuenta que una gran amiga mía podía hacerlo y le ayudaba a hacer sus apuntes muy lindos que me anime a intentarlo, o más bien, a fingir que lo intentaba.
Busque en todos lados cursos presenciales para poder aprender más fácil cómo hacer el lettering y logré encontrar uno que me convenció. Estaba decidida a aprender este arte apenas tomará mi curso, de cierta forma estaba aplazando el hacerlo por el gran miedo que tenía a fracasar, pero para mi desgracia (o mi suerte, dependiendo de como lo veamos) se interpuso la cuarentena por la pandemia del Covid- 19, y eso arruinó mis planes de tomar cursos presenciales. Para mi suerte gracias a la pandemia varios artistas del lettering empezaron a dar cursos en línea lo cual era el pequeño empujón que me faltaba para empezar; en ese momento se me acabaron las excusas, siempre me había dicho que iba a hacerlo cuando alguien me enseñara, y ellos lo estaban haciendo.
Si bien los primeros trazos fueron difíciles y hasta desalentadores, por no decir horribles, llegue a pensar que no era lo mío; sin embargo al pasar los días de práctica y que mi mamá no me dejara rendirme (”¡ya me hiciste gastar mucho dinero!“ me decía entre otras muchas cosas) le empece a agarrar la maña y mis trazos se volvieron, no perfectos, pero aceptables para una principiante. Veía en Instagram los artistas que me enseñaban y me daba ánimos de seguir (y un poco de envidia, para serte sincera); y después de intentarlo dos semanas seguidas sin parar, logre hacer una letra “a” bien hecha. De allí siguió la práctica de la letra “b”, la letra “c” hasta que finalmente pude hacer un alfabeto completo.
Desde allí todo fue repetir y repetir el mismo alfabeto hasta que un día me dije a mi misma “esto lo podrías subir a Instagram”. Lo pensé un rato (la verdad me agradaba la idea de tener un Instagram donde mostrar mis gustos y mi “talento” si es que lo podemos llamar así), pensé en un nombre original, algo que no tuviera en el
nombre “lettering”, y recordando un libro que leí hace mucho (“El pez de papel que aprendió a nadar”) cree el nombre de mi Instagram, “El Pez De Papel”.
En este espacio me gustaría compartir contigo mis trabajos y la forma en que los hago, así como los trucos que nadie me dijo y descubrí arruinando hojas y gastando mis plumones, ahorrándote a ti ese camino. ¡Espero te guste!
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